La Vuelta mira ya al Angliru | Vuelta a España

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Finalizada la segunda semana de carrera, que apunta a decisiva ante todo lo que ocurrió en ella en los Pirineos, la Vuelta a España mira ya a L´Angliru, la segunda de las cumbres legendarias que marcan esta edición de 2023 junto al Tourmalet y el punto álgido sin duda de la tercera y última semana de la carrera.

También Larrau tuvo su protagonismo el segundo día en los Pirineos y habrá que ver que da de sí la inédita Cruz de Linares, que se subirá dos veces ya después de un Angliru tan temible como vertical y la primera oportunidad real para cambiar unas cosas en todo caso bastante encauzadas por un Jumbo-Visma hasta ahora poderoso e inabordable.

L´Angliru, con sus 12 kilómetros y medio cercanos al 10 por ciento de desnivel, los últimos siete al 20 y la mítica Cueña les Cabres al 24 será el final de una jornada infernal con dos duros altos de Primera previos. Los altos de La Colladiella (7,8 Km al 71% y rampas de hasta 14%) y el Cordal (5,4 Km al 9,2% y máxima también al 14%).

Un contundente primer plato previo a un segundo también copioso hacia otro final en vertical, los 8,3 Km al 8,6 por ciento y tramos de hasta el 16 en sus 4 primeros kilómetros de la Cruz de Linares, que se subirá dos veces.

Antes, además de la primera subida al novedoso alto de meta y un par de subidas de menos entidad, otro puerto de consideración: el de San Lorenzo, con 9,9 kilómetros al 8,6 por ciento y rampas hasta el 16.

Fuera de Asturias, menos expectativas. Si acaso la pelea que se pueda ver el martes en Bejes (Cantabria), una subida muy corta de -4,8 Km- e irregular pero muy empinada en varias rampas al 13, al 14 y al 15 por ciento.

O si aparece el viento el viernes camino de Íscar en una etapa llana, llanísima. O si el encadenado de 10 altos de tercera el sábado, el día definitivo, por la Sierra de Guadarrama, puede cambiar algo las cosas.

Aunque hacia donde mira ahora la Vuelta a España es, sin duda, al Angliru. Por leyenda, por dificultad y porque posiblemente sea la última oportunidad de poner en dificultades al poderoso Jumbo. Si es que queda alguna. Que, la verdad, no parece.

Ramón Orosa